Racionalismo y mediterraneidad

Seguimos ahora con una contextualización del racionalismo a nivel social e histórico centrado en el Mediterráneo, con Italia en el epicentro.

En torno a una serie de graduados del Politécnico de Milán en 1926 surgió el primer grupo racionalista italiano integrado por una serie de jóvenes arquitectos que pertenecen cronológicamente a la llamada segunda generación del Movimiento Moderno.

Para comprenderlo mejor, vamos a situarnos en la época correspondiente. La situación arquitectónica italiana era muy compleja dada la reciente ocupación del poder de Mussolini; todavía no había dado unas directrices claras sobre la materia.

Pero esta falta de directrices no implica necesariamente que el régimen dictatorial fuese contrario al movimiento racionalista. El futurismo (movimiento de vanguardia anterior) sentó las bases en dos opúsculos publicados por A. Sant’Elia en 1914: “El Messaggio” y “Il Manifesto”. Ambos fueron la base de muchas interpretaciones favorables a una arquitectura moderna. Algunos de los integrantes del futurismo, también implicados en la política, ayudaron a una visión positiva de la arquitectura moderna dentro del poder político. Aun así, en los primeros artículos racionalistas se expresa claramente su oposición al futurismo.

La producción artística del momento, en Italia, era muy diversa. Iba desde un núcleo romano en torno a Piacentini; un grupo de los llamados neoclásicos milaneses (G. de Finetti) y finalmente los componentes del racionalismo milanés entre los que destacaban G. Terragni, F. Albani, E. Perisco y G. Pagano. Dentro de estos cuatro principales personajes debemos destacar algunas diferencias a nivel de interpretación del movimiento artístico. Terragni y Pagano muestran una abierta contradicción con la ortodoxia del Movimiento Moderno. Consideran que la enseñanza de historia artística es fundamental a la hora de comprender el arte racionalista.

Fue C.E.Rava fue quien configuró dentro del racionalismo italiano el concepto de mediterraneidad. Éste se basa en tres aspectos:

1.Rechazo de los historicismos clasicistas y fidelidad a una arquitectura moderna sin contaminaciones estilísticas.
2.Adscripción de la arquitectura racionalista a unas características que luego serán esenciales en la crítica al Movimiento Moderno (intransigente, unificadora, niveladora y socializante).
3.Potenciación del racionalismo como una corriente procedente del Mediterráneo. Característica según Rava compartida con Le Corbusier.



Fuente:José Morata Socias. Mediterraneidad y racionalismo en las vanguardias arquitectónicas de los años treinta : Italia y España

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